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Lunes 06 de Marzo de 2017
TRANSPARENCIA 77
En el Concurso Internacional organizado por el Museo de Arte de Lima
El 2 de Mayo del 2016, el Museo de Arte de Lima (MALI), lanzó una convocatoria internacional para diseñar ampliación de la Nueva Ala de Arte Contemporáneo, del MALI, en un área construida estimada de 6,000 m2.
Los arquitectos Anthony Gamarra Luque, de Gamarra & Asociados (Arequipa) y Karla Chávez Benavides, de KLC Designs (Lima), jóvenes profesionales apasionados con temas vinculados al arte, la arquitectura y el urbanismo, no vieron mejor oportunidad para poner en despliegue sus conocimientos y experiencias profesionales para con este concurso internacional, siendo el destino generoso para que sus caminos se cruzaran, ya que gentilmente invitaron al Arquitecto Urbanista Manuel Ungaro Zevallos, de una amplia trayectoria profesional, para armar un pequeño pero sólido equipo al cual denominaron Transparencia 77.
El programa incluía tener dos nuevas salas de exposición, una biblioteca, aulas, un café - restaurante, talleres y almacenes y el reto de ello era desarrollarlo en forma subterránea, además de tener que diseñar una plaza pública y una propuesta integral paisajística que tuviera relación al Parque de la Exposición, donde se encuentra ubicado el museo. Fueron pocas las reuniones de trabajo sostenidas en las cuales los tres integrantes estuvieron presentes, sin embargo la comunicación entre ellos fue a través de llamadas telefónicas, correos electrónicos, mensajes de texto y hasta comunicación a través del Facebook, fueron piezas claves que les permitieron asumir una postura clara y contundente de lo que para el equipo de Transparencia 77 debía ser la intervención urbano – arquitectónica tanto en la ampliación del MALI como el Parque de la Exposición respectivamente.
Cada nuevo reto arquitectónico en la vida profesional de todo arquitecto y urbanista, implica hacer una revisión de experiencias propias así que como el remitirse a obras destacadas que hayan sido muy influyentes tanto en términos topológicos como en su innovación y su capacidad de resolver una necesidad. El actual término MUSEO es una derivación de la palabra griega “museum”, que era el nombre de un templo de Atenas dedicado a las musas las cuales eran las diosas de la memoria y adentrarse a la tipología museológica es una experiencia apasionante, tentadora y a veces riesgosa en sobrepasar limites sobretodo de índole espacial, pero al margen de lo basto en cuanto a ejemplos arquitectónicos, hay una regla tripartita sobre la cual se desarrolla cualquier museo sea cual fuere su destino, y es que un museo se estructura sobre tres elementos mutuamente vinculados: EL OBJETO DE ARTE, EL OBSERVADOR Y EL ESPACIO CONTEDOR, sin esta relación, un museo no tiene razón de ser. Revisaron proyectos construidos como el Museo del Louvre en Francia, obra del arquitecto I. M. Pei, que muy similar que lo requerido en el Concurso, el mencionado museo se desarrolla en forma subterránea, siendo lo más rescatable para las intenciones de nuestro equipo, la propuesta del arquitecto en marcar un hito urbano que definiera el monumental ingreso al museo, en este caso, su famosa Pirámide transparente. Museos de muy buena factura tales como el Museo Histórico de Berna en Suiza de la firma MLZD, o el Museo 9/11 Conmemorativo Nacional en New York, Estados Unidos, diseñado por Snohetta Arquitectos, no podían pasar por desapercibidos para el equipo de Transparencia77, sobre todo que los mencionados generaban una adecuada interacción entre el museo propiamente dicho y la ciudad a través de la presencia de plazas y recorridos. Finalmente, la obra de Álvaro Siza no dejaba de rondar en sus pensamientos, la capacidad del arquitecto portugués para hilvanar espacios museísticos a través de rampas de recorrido, el marcar puntos focales que enmarcan determinados paisajes y la pulcritud de sus espacios destinados a la exhibición de obras de arte gobernados en su totalidad por el color blanco, propiciaron en ellos para que en su propuesta, las galerías de arte, las escalinatas y rampas de recorrido, debían integrarse a través del color blanco en sus planos verticales y el uso de la madera en los forjados, todo ello marcando un conjunto armonioso que tengan como fin máximo, el de exaltar las obras de arte, que al final, ese viene a ser el sentido de todo museo.
Si bien es sabido, hoy en día, los museos de arte contemporáneo vienen a representar piezas claves que revitalizan los centros urbanos y que muchas veces rompen esquemas en las nuevas maneras de ver del arte, en el caso de Transparencia77, la nueva ampliación del MALI debía ser un punto de equilibrio entre el pasado y el presente. Arquitectónicamente, la propuesta de la Nueva Ala de Arte Contemporáneo del MALI fue un gran desafío, dado que este implicaba concebirse subterráneamente por lo que el impacto formal en relación con la fachada oeste del palacio que cobija al MALI debía ser menor; en ese sentido e inspirados en la presencia del cuadrado como figura contundente en la organización espacial del MALI, Transparencia77 propuso retomar el cuadrado como un vacío existente en el MALI, en este caso en su gran patio organizador y replantearlo en la propuesta como un volumen a manera de un gran hito urbano señalando la presencia de una nueva galería de arte contemporáneo, es decir, “pasar del vacío al lleno”, plantearon el Gran Cubo como figura que marca su presencia en términos contemporáneos pero a la vez creando un conjunto armónico con la masividad propia del palacio del MALI. Este Gran Cubo, representa un punto de transición y preparación para llevar al usuario desde una alta dinámica espacial que se dará en la nueva plaza, hasta la calmada atmósfera casi litúrgica que se generará en los ambientes de la nueva galería de arte. Con el Gran Cubo como figura que marca fuertemente su presencia en la nueva plaza, propusieron además que se refleje su volumetría a nivel de piso a manera de una superficie cuadrada totalmente vidriada, de tal manera que se genere un vínculo visual desde el lobby subterráneo de la nueva galería en relación con la fachada oeste del MALI y la contundencia volumétrica del Gran Cubo como portal de acceso a las nuevas instalaciones. Desde el punto de vista urbano, el equipo de Transparencia77 quiso realzar el espacio público a través del rescate de los conceptos fundacionales de Lima como la Plaza Mayor, “El Damero Español”, sus ejes horizontales, verticales y prehispánicos (diagonales) ordenando y creando nuevos caminos peatonales que conecten y contemplen la riqueza arquitectónica de los diversos pabellones existentes y de la belleza arbórea contundente en su presencia. Plantearon la creación de un huerto urbano en el área de los niños, crearon un anfiteatro que juegue con la topografía del área y que cuente con graderías de césped, este sector está destinado como un área de integración intercultural de las tres regiones del país. El equipo planteó que todo el sistema de iluminación exterior sea a través de postes solares y en algunas partes del parque se use la energía eólica.
Las vicisitudes propias en la vida de un arquitecto, tales como viajes, proyectos particulares, las distancias geográficas, la familia entre muchas otras cosas no fueron impedimento para alcanzar la meta final, que fue finalmente culminar y enviar la propuesta a este Concurso, el cual no ganaron, sin embargo la mayor satisfacción lograda fue el de afianzar los lazos profesionales y de amistad.
Este Concurso fue considerado como uno de los más importantes de los últimos años y su objetivo principal fue consolidar al MALI como una plataforma cultural y cívica de Lima, colocándolo como una de las instituciones más importantes de América Latina con miras a las próximas celebraciones por el bicentenario de la independencia del Perú.
El jurado encargado de evaluar las propuestas fue integrado por arquitectos y críticos internacionales; en total recibieron 387 propuestas las cuales provinieron de 56 países.
El jurado seleccionó como proyecto ganador al presentado por el equipo Burgos & Garrido Arquitectos y Llama Urban Design, integrado por los españoles Francisco Burgos y Ginés Garrido, el canadiense Angus Laurie y la peruana Mariana Leguía, cuya propuesta resalta el diseño de la Plaza Pública que junto con el edificio actual del MALI, propone un espacio único formado por un bosque de jacarandas. Este patio evoca la tradición del patio limeño y se convierte en el vestíbulo de ingreso al parque, al MALI y al nuevo edificio, manejando de esta manera la circulación de los visitantes y conduciéndolos en forma ordenada hacia los diferentes accesos. Los dos equipos finalistas fueron:
El equipo integrado por Lopes Brenna, Moramarco + Ventrella y Filippo Bolognese, representados por Giacomo Brenna y el equipo formado por SMAR Architecture Studio, representado por Fernando Jerez y Belén Pérez. El jurado además reconoció a 13 propuestas con menciones honrosas dentro de los cuales figuran una colaboración entre Zaha Hadid y David Mutal, los mexicanos de Productora, Campo Baeza y Llosa Cortegana.
El equipo de Transparencia 77 estuvo integrado por los arquitectos Manuel Ungaro Zevallos (Florida, EEUU), Anthony Gamarra Luque (Arequipa, PERU) y Karla Chávez Benavides (Lima, PERU) y contó con la asesoría estructural del Ingeniero Miguel Solis Guzmán.
El equipo de Transparencia77 felicita a los organizadores de este concurso: Museo de Arte de Lima (MALI), Grupo Centenario, Municipalidad de Lima Metropolitana y la Sociedad Concesionaria Metro de Lima-Línea 2, a los ganadores del concurso: Burgos & Garrido Arquitectos y Llama Urban Design y a la Revista Iberoamericana en la cual este artículo ha sido publicado.